este fin de semana hemos decidido sobreponernos al vendaval que ha asolado e inundado el reino unido y nos hemos ido a hacer turismo por el sur. más concretamente al condado de wiltshire. no hemos estado solos, nos han acompañado en esta odisea nuestros amigos javi y helena, a los que recogimos el viernes de su refugio de milton keynes.
para empezar, tenemos que explicar el concepto milton keynes: una ciudad del radio de influencia de londres, formada artificialmente a partir de una decena de municipalidades en los años 80, al amparo del boom urbanístico, cuyo centro parece el extrarradio de cualquier ciudad del cinturón residencial de madrid, y cuyas afueras parecen el centro de cualquier pueblo de las midlands. es todo como sacado de otro planeta: su casino, su centro comercial más grande de inglaterra, sus pistas de esquí indoors, sus avenidas ortogonales de 3 carriles por sentido, etc. también está bien montado el momento ocio, porque no faltan los restaurantes, bares, y pubs. nosotros cenamos en un buffet oriental, donde los dumplings, el szechwan y el pato estilo pekín no están mal. y nos tomamos un mojito muy bien preparado (ojo tip: sírvase el moijto con un chorrazo de licor o crema de plátano. yummy!) en este otro lugar a ritmo de bachata.
el sábado tempranico nos pusimos en camino hacia nuestro primer destino: stonehenge. estábamos un poco acongojaditos ya que el tiempo no acababa de mejorar, así que cuando llegamos y salió el solazzzo, poco nos importó que el vientazo no nos dejara acercarnos más (la gente a cargo del centro de interpretación, vamos). el procedimiento es gracioso: pagas la entrada, te pones tu audioguía (mola bastante), te subes en un land rover con vagones, y te pegas 5 minutos yendo al famoso círculo de piedras. la verdad es que es bastante impresionante, y bastante desconcertante que nadie sepa porqué se hizo aquello.
como siempre, los británicos son los reyes de sacarle partido a sus atracciones turísticas, y el nuevo centro de interpretación es una pasada, con unas proyecciones bastante de flipar.
ya saciados nuestros druidas internos, nos fuimos a salisbury, ciudad medieval con una de las iglesias más grandes (la más alta seguro) del reino unido. allí pasamos la noche, dormimos aquí , cenamos en la plaza del mercao, donde descubrimos la delicia que suponen las guindillas en tempura (brutales!), y nos fuimos a tomar unos colodros aquí, donde habíamos quedado con unos amigos que tocaban en el garito.
eran pyehoppe, del sobrino de nuestro amigo ed. la verdad es que llegar a un bar de una ciudad desconocida a ver un concierto en una minisala y que te dediquen temas es una gozada!
al día siguiente, ya sin viento infernal ni lluvias torrenciales partimos hacia la ciudad de bath, asentamiento romano famoso por sus baños termales, que son su principal atracción turística.
la ciudad es lo más parecido a salamanca que hemos visto por aquí: toda construída con el mismo tipo de piedra, toda peatonal, de riqueza antigua, como anclada en el siglo XVIII y con un centro histórico patrimonio de la humanidad.
visitamos los baños, donde todavía fluye agua a 48º que se vierte en una gran piscina en la que tienen un cartel que dice «don’t touch the water«… ilusos! damos fé de que estaba caliente la jodía. también nos vimos la abadía, así como el royal crescent y el circus, construcciones del XIX que imitan un poco al parís más aristocrático.
después, nos pegamos un sunday roast en el trinity, con un highlight para mi en el yorkshire pudding, en el gravy, y en la horseradish sauce.
con esto nos dismo por satisfechos y emprendimos el viaje de vuelta, parando en buckingham… no os dejéis engañar por el nombre, aquí no hay palacio y a no ser que sea día de mercado no debéis, repetimos, no debéis parar! no obstante, sabemos que javi lo hizo con buena intención. 😛 y por lo menos nos dio para comernos unos muffins bastante apetecibles en el bar del pueblo.
pues nada, queridos/as, otra muesca más en nuestro revólver, otro alfilerico más en nuestro mapa, esta vez en la mejor compañía. hasta pronto!